En la reunión de miembros del Consejo de GALIZA celebrada la vez pasada en Montevideo, se acordó publicar el siguiente pronunciamiento:
La muerte de CASTELAO nos dejó huérfanos, pero no desheredados.
Nos falta ahora la presencia material de la figura más grande del galleguismo, de aquel espíritu singular en el que palpitaba la voluntad creativa del pueblo gallego y el alma colectiva, que, a través de los tiempos, hizo de GALIZA una carta cultural bien diferenciada. No contamos con la ayuda que siempre despierta de su asombro mental, no tenemos el disfrute de su magisterio no están presentes sus conocimientos y el consejo de su buen sentido político. Galicia queda huérfana de líderes; pero viva tenemos la herencia espiritual que nos legó, su conducta ejemplar, su lealtad galleguista y republicana, su palabra, —la que permanece escrita en lo que suena en nuestra memoria—, limpia y clara como un evangelio. Para cada momento de la vida de Galicia, CASTELAO dejó una alegría y, para enderezar el rumbo de las horas venideras para señalar el camino, el optimismo infinito, resonante como un sí, de su fe no abandonó la tierra.
El Consejo de Galicia, tras considerar la humanidad afirmativa de todas las valoraciones que ha atendido, por decisión unánime de sus miembros acuerda hacer público el siguiente comunicado:
1° Que el Consejo de Galicia, integrado por Diputados de la República Española, elegidos por el pueblo gallego en la última ocasión en que tuvieron el privilegio de emitir su voto, seguirá trabajando por la libertad y los derechos de la tierra gallega y la implantación del régimen republicano federal en España, guiados siempre por las reglas de la lealtad, la dignidad y la ideología intransigente que, sin duda, su Presidente dejó establecidas.
2° Que, mientras las circunstancias sean necesarias, no se cubrirá el cargo de Presidente. Los actos del Consejo de GALIZA estarán SIEMPRE presididos por el espíritu de CASTELAO. La doctrina que nos enseñó será ley de nuestras actividades.
3° Que el Secretario del Consejo de Galicia: Antón Alonso Ríos, es su representante.
4° Que las decisiones y el dictamen del Consejo de GALIZA se harán públicos cuando se estime conveniente a la causa que se defiende: la libertad de Galicia y el establecimiento de un gobierno republicano en España.
5° Que el Consejo de Galicia hace público su reconocimiento a todas aquellas,—entidades y particulares—, que han manifestado su sentimiento de dolor por la muerte de su Presidente.
Montevideo, Marzal de 1950.